La final de 2024 en Hanói fue más que un enfrentamiento: fue un momento decisivo en el ascenso de Johann Chua, una noche en la que la persistencia, la pasión y la fe finalmente le dieron la gloria que había buscado durante tanto tiempo. “La energía en Hanói fue algo que nunca había sentido. Cada tiro, cada grito de la multitud me dio fuerza. Levantar el trofeo aquí, en un ambiente tan especial, es algo que nunca olvidaré.”
En un abarrotado coliseo cubierto, Chua se enfrentó a Ko Pin Yi, un campeón probado apodado el "Asesino de Filipinos” por sus numerosas victorias contra compatriotas de Chua. La apuesta era inmensa: para Ko, otro gran título en su exitosa carrera; para Chua, la oportunidad de conquistar su primer Matchroom Major tras años de perseguirlo en los escenarios más grandes del deporte.
Lo que siguió fue una batalla de nervios y fuerza de voluntad. Ko se llevó el primer round, pero Chua rápidamente encontró su ritmo, encadenando juegos con saltos audaces y defensas férreas. Con ventaja de 7–2, parecía tener todo bajo control. Sin embargo, las finales rara vez siguen una línea recta. Ko reaccionó, redujo la diferencia a solo un round y amenazó con una remontada dramática. La tensión se palpaba en cada tiro, con la multitud expectante, pero Chua se negó a ceder. Donde antes el momento podía habérsele escapado, esta vez se levantó para enfrentarlo. Una falta costosa de Ko le dio aire, y cuando Ko falló un decisivo 9 en los tramos finales, Chua aprovechó sin dudarlo. Con la meta a la vista, ejecutó un cierre impecable.
¡Atin na to!”
Cuando la bola blanca rodó perfectamente hacia la posición del 9, Chua lanzó el grito en su lengua natal: “¡Es nuestro!”. En ese instante, supo que la victoria ya no era solo su primer Major, sino un triunfo que compartiría con todo su país.Johann Chua 13–7 Ko Pin Yi.
Un primer Matchroom Major. Una coronación en Hanói. “Cuando esa bola entró, sentí que años de trabajo duro y sacrificio finalmente dieron frutos. Ganar un Matchroom Major siempre ha sido mi sueño. Hacerlo aquí, frente a un público tan increíble, significa todo, no solo para mí, sino para los Filipinos. Este título es para cada filipino que ama este juego.”
Con la victoria, Chua no solo grabó su nombre en la historia del Hanói Open, sino que también aseguró su lugar en la edición inaugural de la Reyes Cup y confirmó su estatus como uno de los grandes del billar mundial. Un nuevo campeón. Una nación orgullosa. Y una noche que recordó al mundo del pool por qué estos momentos hacen historia.
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