Un puesto undécimo puede llevar a equívoco, pero si hablamos del Verhoeven Open, con 105 jugadores en acción, entre ellos, un tal Caudron, además de Blomdahl, Jaspers, Tasdemir, Coklu, etc, la participación de Huberney Cataño puede calificarse de extraordinaria, habida cuenta de que el cafetero ha sido el único jugador latinoamericano que se ha presentado en la Gran Manzana.
El abierto neoyorquino es uno de los mejores torneos que se disputan en el mundo y Huberney ha tenido la oportunidad de medir fuerzas con los mejores del planeta, haciendo uso de la destreza y habilidad que le caracterizan. Pasen y vean: comenzó a jugar en las preliminares en uno de los 15 grupos compuestos de siete jugadores. Huberney lideró dicha fase con seis victorias en seis partidos, 1,220 de promedio general y un mejor partido realizando 1,923.
Partidos de 25 puntos que sirvieron de rodaje de lo que llegaría a continuación. Cataño accedió a la segunda fase con los 40 supervivientes que compondrían los cinco grupos de ocho jugadores buscando las 16 plazas finales. Si bien es cierto que en la fase inicial no tuvo rivales de talla mundial, en esta segunda el cartel era para echarse a temblar. Cataño tuvo que medirse a Caudron, Jae Ho Cho, Martin Horn etc. Clasificaban los tres primeros de grupo y el mejor cuarto.
El cafetero consiguió cinco victorias, una de ellas ante el coreano Jae Ho Cho, uno de los mejores jugadores del mundo en solo 13 entradas (2,692). Aunque en la recta final y después de muchos partidos cedió frente a Caudron y ante el alemán Martin Horn. Cataño conseguió el pase a la final de 16 siendo el mejor cuarto de grupo (cinco victorias, dos derrotas y 1,410 de promedio general).
A estas alturas de competición podíamos adivinar el vértigo que supone estar entre los 16 más grandes disputando el torneo de torneos. El primer rival fue el turco Tasdemir, un jugador elegante y con una técnica exquisita al que le salió absolutamente todo, incluyendo una serie de 17 para terminar: (40-12 en 16 entradas).
Huberney ya no podía ganar el Open, pero el torneo no había terminado. Ahora tenía que luchar por los puestos del 9 al 16 y allí esperaban otras estrellas del firmamento billarístico internacional.
Jugar este tipo de torneos brinda oportunidades y experiencias únicas e inolvidables. Cataño las supo aprovechar. De entrada venció al coreano Heang Jik Kim, nada menos que cuatro veces campeón del mundo junior en un partido con alternativas pero que cerró el colombiano 40-39 en 24 entradas (1,667), terminando con serie de siete cuando su rival mandaba 39 -33. Hubeney se había recuperado y de que manera.
En el choque siguiente cayó ante el vietnamita Quyet Tran (40-35 en 24), para cerrar su aventura en el Caron Café con una prestigiosa victoria ante el turco Murat Coklu uno de los mejores jugadores de toda la semana. Huberney recibió la ovación de los aficionados tras el 40-28 en 22 (1,818).
Un puesto undécimo que bien pudo ser otro más alto, pero que le situó por delante en la clasificación final de jugadores de la talla de Sayginer, Blomdahl, Coklu y Heang Jik Kim.
Nuestra más sincera felicitación a Huberney y a toda la afición colombiana que estuvo arropando a su jugador a traves de Kozoom.
