Cuestiones laborales de Javi Palazón y la intervención quirúrgica de Dani Sánchez dejaron a Rubén Legazpi solo ante el peligro en la Copa del Mundo de Hurghada. Y el peligro tenía dos nombres, Papas Konstantinou y Dinh Nai Ngo. Sin embargo, más tarde se unieron otros actores, protagonistas de un Thriller con un final nada feliz por cierto.
El madrileño tras la gesta en Peloponeso y su ausencia en Medellín retomaba la competición en Hurgada, una Copa del Mundo clásica en el calendario internacional y una cita en la que el billar español ha logrado grandes triunfos en este mismo escenario.
El segundo de los Legazpi no pudo tener peor debut. Cayó derrotado ante el representante heleno. En determinadas ocasiones, lo peor no es la derrota, sino las sensaciones. El 40-35 en 38 (0,921), no auguraba un futuro radiante, más si cabe, porque ya era imposible acceder al primer puesto del grupo, después del empate que con anterioridad, habían cosechado sus adversarios.
Pero la posible clasificación pasaba por derrotar a Ngo, además hacerlo con el mejor promedio posible para aspirar a las cinco plazas de los mejores segundos. El vietnamita fue una de las grandes revelaciones en la Copa del Mundo de Guri, donde alcanzó la medalla de bronce tras un extraordinario campeonato.
Pero Rubén fue la revelación en la Copa del Mundo de Peloponeso, más cercana en el tiempo y con un metal más valioso como fue la Plata. Así las cosas, el madrileño comenzó a remolque del asiático en las primera entradas, aunque se divisaba que el español había recuperado el feeling.
Llegó el descanso (20-15 en 10 y 9 entradas). Rubén acechaba a la presa para que no escapara, lo consiguió en esta primera parte del match para dar la estocada mortal. Del 21-15 pasó al 21-31 tras primorosa serie de 16, llena de talento, precisión y armonía. La mejor del campeonato hasta el momento.
El vietnamita, herido de muerte, dio su últimos coletazos y en cuatro entradas igualó el marcador a 31. Fue su penúltimo intento desesperardo para evitar la derrota y la eliminación. A Rubén no le valía el empate. Puso la directa y otra serie de cinco abrió la última brecha (31-36) y al final 34-40 en 20.
Desde que terminó el partido estábamos pendientes de los clasificados, fue como un día de transistores en fútbol. Pero Rubén no tuvo la suerte que mereció tras su extraordinario partido y maravillosa serie.
Primero el empate de Tasdemir que, con tres puntos superó al español incluso con peor promedio. Más tarde, Rudolph que iguala el partido con seis de contrasalida cuando estaba también detrás del español (sólo le valían esas seis). El último, el turco Bulut, que hizo 38 y con una menos también estaba por detrás de Legazpi.
Demasiadas adversidades y su primer partido eliminan a un tremendo jugador de billar que seguirá dando alegrías aal billar español.