ANTWERPEN – Las Copas del Mundo de billar a tres bandas, que se jueguen en Europa, América y Asia, suelen ser tan populares que siempre hay una enorme lista de jugadores en reserva. La próxima Copa del Mundo en Lier (Amberes) ya cuenta con 153 jugadores en lista de espera, de los cuales como máximo diez podrán ascender al cuadro principal de 149 participantes. Los cupos son muy costosos para quienes no son cabezas de serie, no provienen del país organizador, en este caso Bélgica o están bajos en el ranking.
Las reglas de las Copas del Mundo son claras: los 96 mejores del ranking mundial están protegidos y tienen prioridad para inscribirse directamente. Además, cada país puede registrar un jugador. Los medallistas en las categorías femenina y juvenil tienen derecho a un cupo si lo desean, y el país anfitrión puede inscribir a 20 jugadores. Los lugares restantes se asignan por orden de llegada. La UMB anuncia el día de inicio de inscripciones y, a partir de la medianoche, la página web se satura con cientos de jugadores tratando de ser los primeros en conseguir un lugar en la lista.
¿Cuál es la ventaja de inscribirse rápido? Se lo pueden preguntar al francés Jerome Riotto, al turco Vedat Aykol y a Adem Doganoglu, también de Turquía, quienes actualmente son 1, 2 y 3 en la lista de reservas para la Copa del Mundo de Amberes.
También a Joeri Wilkowski de Países Bajos o a Litsa Mavridoglou de Grecia, quienes, al inscribirse entre los primeros, ya lograron entrar en el cuadro principal. La holandesa Sylvia Eckel, vista habitualmente en muchas Copas del Mundo, ahora está relegada al puesto número 9 en la lista de espera. Sylvia comentó: “Estábamos en Estados Unidos en ese momento, me senté frente al portátil justo a la hora indicada en la noche americana, pero fui demasiado tarde. Nunca me había pasado”. Adrie Demming, también neerlandés, dijo: “Me conecté 20 segundos después de la medianoche y quedé en el puesto 124 de la lista de espera. Debe haber un sistema secreto para esto”.
Sylvia Eckel lo tiene claro: “Siempre son los mismos los que logran inscribirse. Hay gente imposible de superar porque usan un programa de computadora que les permite registrarse muy rápido. Es cuestión de segundos; manualmente nunca se les puede ganar”.
La griega Litsa Mavridoglou, jugadora del Mundial femenino, no lo oculta: “Lo programé todo de antemano, soy muy rápida y me tomó 3 segundos entrar en la lista. Revísalo, siempre estoy en el top ten cuando hay una Copa del Mundo”.
Monique Wilkowski, quien inscribió a su hijo Joeri, asegura, sin embargo: “Lo hicimos con seis portátiles al tiempo, fue pura suerte. Lo intentamos en tres torneos y ahora por fin lo logramos. No conocemos ningún truco especial. Joeri está feliz de poder participar por una vez”.
Adrie Demming ya se resignó a la situación. El jugador de Brabante dice: “Tendré que buscar un especialista en informática que me ayude con esto”. El holandés, de todas formas, tiene un buen plan alternativo: este fin de semana viajará a Lloret de Mar para disputar un torneo por invitación con seis jugadores: él mismo, Volkan Cetin de Países Bajos, Maarten Jansen y Mathy Monnissen de Bélgica, y dos españoles. “Es un torneo promocional con todo incluido; está pagado todo, excepto el vuelo”.

La jugadora griega Litsa Mavridoglou, entre las 10 primeras inscritas para un Mundial
