Segundo día de competición y nuevos jugadores españoles en liza. El turno de David Martínez y Zapata. El valenciano entra a la mesa con ropa de calle, un taco extraño entre su manos y palpable incomodidad disputando su partido ante Per Kofoed. Sufrió de lo lindo para derrotar a su compatriota: 30-29 en 26 entradas.
Minutos después aparecía en la sala David Zapata: pantalón vaquero, camisa a cuadros, zapatillas de lona y herramienta desconocida. Imaginamos lo acontecido, algo que más tarde lo corraboró el propio David Martínez: "Las maletas se quedaron en Lisboa, no dio tiempo a que las cambiaran de avión". Y es que el vuelo programado para llegar a La Baule hacía un recorrido un tanto extraño: Valencia-Lisboa-Nantes. Un destino y tres países... y las maletas quedaron en la capital portuguesa.
Ambos jugadores compartieron taco. "Hemos jugado con un Theory, el del turco Mehmet Goren" dijo Martínez que pudo salvar el primer escollo, algo que no sucedió con Zapata, derrotado por su rival coreano, Choi Wan Young (26-30 en 24). Lo cierto es que, según les comunicaron, los tacos llegarían en unas horas, aunque el mal ya estaba hecho y tampoco pudieron jugar con el suyo en el segundo y decisivo duelo.
David Zapata entrenando antes de su segundo partido
Zapata afrontó el segundo partido de la misma guisa que el primero. Además tenía que ganar y con diferencia y buen promedio a otro coreano que por la mañana hizo 1,500. El partido fue muy extraño desde la primera entrada y al descanso el resultado era de 17-5 en 21 para Zapata, guarismo peligroso para ambos. Se cumplieron dos de las tres premisas: ganó y con diferencia (30-11), pero el promedio (0,909) dejó fuera al actual número uno del ranking español que ha participado en esta Copa del Mundo con un hándicap demasiado grande. Al final del partido estaba cariacontecido y triste. "Estoy mal no sé que decir". La verdad es que la mala suerte se ha cebado con este joven campeón español.
El jugador de Montcada lo tenía más fácil ya que a su victoria inicial se únia la derrota del turco ante Per Kofoed lo que le daba un margen amplio. Le valía ganar, el empate, incluso una derrota con poca diferencia. Cogió el taco, el mismo que utilizó su compañero y amigo unos minutos antes y aunque perdió de una (30-29 en 32), logró el objetivo y pasó de ronda. Eso sí, con un gran susto cuando su rival dominaba por 13 puntos (21-8) y amenazaba con eliminar al talentoso jugador español.
Quizás ya habían llegado las maletas y el taco. Demasiado tarde.