De los grandes se puede esperar cualquier hazaña, de los mejores, como el sueco, magia en estado puro. Su puesta en escena, su primer tiro, su primera aparición en Hurghada fue una monumental serie de 16, sumando, una tras otra, carambolas de todos los colores y desde todos los ángulos.
La grada echaba humo; espectáculo desde la primera entrada. Magic encontró después más resistencia de un jugador, el turco Özden, que había completado un gran torneo. Al final, 40 - 30 en 24, a Blomdhal le costó mucho hacer las últimas carambolas.
La ronda inicial en dieciseisavos tuvo, además, otros nombres propios: Eddy Merckx, quien derrotó en 14 entradas al turco Alp: (40-8). El belga, aunque no recuperó la sonrisa en Hurghada, al menos recobra su máximo nivel, dejando a los aficionados una sensacional serie de 13.
El colombiano Julián Torres fue el único representante hispanoamericano en la fase final. Su partido ante el turco Cenet tuvo la emoción y la incertidumbre de un match de alto riesgo. Las diferencias siempre fueron favorables para el turco, aunque las ventajas eran cortas y una serie podía cambiar las cosas. No sucedió y Cenet se impuso al final por 31 a 40 en 30 entradas.
En el último duelo matinal, Jung Han Heo se impuso a Schirmbrand (40-39 en 29). Aunque no se puede restar ningún mérito al coreano que remontó una diferencia de 11 puntos (21-32), el alemán tiró el partido por la borda en varias ocasiones con el marcador en 39, incluso falló la contrasalida para empatar el partido. Acabó aquí el sueño del jugador alemán, auténtica revelación en Hurghada.