Robinson Morales arribó el miércoles a Medellín después de un largo viaje procedente de Madrid. El colombiano que conquistó oriente hace un par de meses ya está en casa.
Morales llegó a la capital de la montaña para jugar el torneo Feria de las Flores, pero una inesperada renuncia a la liga profesional de Corea y un posible regreso a la UMB, lo hizo cambiar de decisión. Por ahora Morales se dedica a firmar autógrafos y tomarse las mejores imágenes con sus seguidores en función de espectador.
Como es costumbre al finalizar la jornada de competencia, Alejandro Piza, la figura insignia del Master Club, desafia a los mejores jugadores procedentes de Europa a largas distancias. En el 2019 lo hizo con David Zapata donde salió ganador. Este año el turno fue para Robinson Morales.
Morales y Piza ya se han enfrentado en varias ocasiones por premios en efectivo, la adrenalina que sienten los jugadores por medir fuerzas con sus rivales es algo indescriptible. La sangre estaba caliente, los seguidores en las tribunas pedían ese gran duelo, y así fue, los dos cafeteros pactaron una partida a 100 ptos con un premio de 5.000 dólares para el ganador, 20 millones de la moneda local.
En el primer tramo de 50 carambolas, Morales siempre mantuvo una amplia ventaja sobre su adversario 45-36, pero en un descuido, Piza contra atacó con serie de 8 (46-44) y se fue al descanso con una ventaja de dos carambolas (49-51). Jugar en una plaza como lo es Medellín no es nada fácil y menos si tienes al anfitrión como oponente. La emoción del público por apoyar a Piza le hicieron pasar momentos de angustia a Robinson Morales, "jugar con el público en contra , es como jugar un partido de visitante en la bombonera".
La segunda parte parecía una notable recuperación de Alejandro Piza 60-56, su público no para de alentarlo, pero Robin Hood lanzó su primer gran ataque con ocho carambolas (60-64). Dos técnicas totalmente diferentes, Piza se caracteriza por ser un jugador explosivo y de ataque, mientras Morales es más técnico y poseedor de un alto dominio de la bola recibidora, producto de su rendimiento internacional.
En el sprint final Piza se quedó sin gasolina, los continuos errores no forzados fueron castigados por Morales, quien no le perdonó nada y lo dejó 87-100 en 67 entradas (1.298-1.492). Habrá revancha?
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