AARHUS – La sorpresa que generó Charlotte Sörensen al conquistar el título mundial el año pasado ya había sacudido el panorama del billar femenino. Pero al ganar el campeonato europeo este fin de semana, y hacerlo en casa, en Dinamarca, la estrella danesa se ha consolidado definitivamente entre las grandes figuras del billar mundial. Durante más de una década, el dominio absoluto en las tres bandas tuvo nombre propio: Therese Klompenhouwer, quien acumuló once títulos europeos consecutivos. Esa era llegó a su fin de forma inesperada. A sus 42 años, Charlotte Sörensen se proclamó campeona continental este sábado, destronando a la legendaria jugadora neerlandesa y poniendo fin a una racha histórica.
Y no fue una victoria cualquiera. Si bien su título mundial se definió por la mínima (30-29) tras cuatro bolas de partido, esta vez Charlotte se impuso con autoridad: 30-19*. Un triunfo que, por su contundencia, resulta aún más impactante que su gesta en el Mundial.
La nueva campeona continental celebró con el mismo entusiasmo que el año pasado en Blois, Francia. “Puedo disfrutarlo mucho más, rodeada de gente conocida”, dijo media hora después de ganar la final. “Cuando gané el título mundial, de manera totalmente sorpresiva, estaba casi sola. Aquí lo estoy disfrutando intensamente: mi madre me ve ganar una medalla por primera vez, los aficionados daneses son testigos, mis amigos… este campeonato me da una satisfacción y una alegría enormes. Lo voy a celebrar muy diferente a lo que hice en Francia: ahora con amigos, personas de la federación, árbitros y conocidos; vamos a cenar esta noche, será una velada maravillosa”.
Charlotte primero se tomó el tiempo para contar cómo vivió la final. “Tuve un mejor comienzo que Therese, siempre pude mantenerme cinco o diez puntos por delante. Therese se acercó brevemente, pero la ventaja nunca estuvo en peligro. La fortaleza mental me ayudó a destacar en esta final. Siempre ha sido mi arma letal para ganar, y ahora me ha dado la victoria también en mi tierra”.
La sucesora de Therese, quien apenas comenzó a jugar tres bandas hace seis años, está sorprendida por su rápida evolución. “Me sorprendí a mí misma: primero con ese título mundial, jamás lo esperé. Pero ahora el progreso es más evidente, jugué buenos partidos hasta la final, parecidos a lo que solía mostrar Therese”.
La campeona destronada lo admitió: ambas crecieron durante el torneo. El campeonato europeo fue, en realidad, un duelo entre dos jugadoras: hubo muy poca competencia, las diferencias en cada partido fueron enormes. Therese felicitó a la nueva campeona: “Simplemente no entré fuerte al partido final, Charlotte se defendió bien y yo no logré hacer series. Para mí el juego siempre estuvo en contra con posiciones difíciles, y ella simplemente seguía haciendo pequeñas series”.
Me sucede algo impactante, después de tantos títulos. “Ahora los he perdido todos”, reflexionó Therese. “El nacional neerlandés, el europeo y el mundial, todo en un año, nunca lo imaginé. Pero me aseguraré de volver a estar fuerte físicamente para recuperar algunos títulos”.
Charlotte, que ha crecido enormemente gracias a su golpe refinado, capacidad táctica y fortaleza mental, comenzó en Aarhus con victorias sin amenaza alguna contra Le Bruyn y Krasova. Las eliminatorias reforzaron la imagen de que este europeo fue una lucha entre dos jugadoras. Therese Klompenhouwer venció a la sueca Yenny Bajtner 30-4 en 31 entradas; Charlotte ganó 30-16 contra Katja Titze, en su único partido flojo. Los cuartos de final también fueron partidos de un solo lado: Therese venció a Werdekker 30-16 y Charlotte a Jetten 30-14. Las semifinales fueron un paseo, especialmente para Charlotte, que ganó a Jaimie Buelens 30-4 en 19 entradas. Therese venció a Karakasli 30-18 en 22.
La final prometía ser una batalla pareja, pero Charlotte puso fin abruptamente a la hegemonía de la 11 veces campeona europea. El partido no tuvo el nivel de las dos semifinales, donde Sörensen jugó para 1.578 y Klompenhouwer para 1.363. El oro europeo fue para Sörensen con un marcador de 30-19 y promedio de 1.034; Klompenhouwer quedó muy lejos de su nivel habitual con 0.678. Las tres bandas femenino ya tiene sucesora para Therese: Charlotte Sörensen puede llamarse la mejor del mundo y la mejor de Europa, al menos por un año.
El ranking final del torneo continental para damas:
- Charlotte Sörensen 12-0.923-7
- Therese Klompenhouwer 10-1.096-7
- Guzin Mujde Karakasli 8-0.684-7
- Jaimie Buelens 7-0.538-4
- Daisy Werdekker 4-0.544-4
- Karina Jetten 5-0. 661-5
- Monique van Exter 6-0.604-5
- Steffi Träm 6-0.550-5
- Danielle Le Bruyn 2-0.553-5
- Gülsen Degener 2-0.527-7
- Nanna Petersen 2-0.453-4
- Litsa Mavridoglou 2-0.648-6

El podium con Charlotte en lo más alto

Las finalistas y los árbitros
